¿El exceso de trabajo puede matarte? Conozca los 8 efectos. Caminar una gran solución – Salud AVepae ONG.

¿El exceso de trabajo puede matarte? Conozca los 8 efectos. Caminar una gran solución – Salud AVepae ONG.

mayo 30, 2022 0 Por Kenett J Agar

Trabajar es necesario tanto para garantizarse las formas de subsistencia como para desarrollar una buena autoestima; al sentirnos útiles, aprendemos a creer en nosotros mismos. Sin embargo, como cualquier hábito, un exceso de trabajo puede dañar nuestra salud física y mental con asombrosa facilidad.

Es por eso por lo que es importante controlar siempre la cantidad de trabajo a la que nos enfrentamos en el día a día, por un lado, y el modo en el que reaccionamos a él, por el otro. De no ser así, la lógica de la productividad nos irá arrastrando hasta hacer de la labor profesional nuestra razón para vivir, algo que no puede ser saludable.

Estos son los efectos del exceso de trabajo

Para prevenir problemas relacionados con el exceso de trabajo, hay que saber reconocer los avisos que nos manda el cuerpo. A continuación puedes ver cuáles son y de qué manera se expresan en tu organismo.

1. Ansiedad

Es la consecuencia más clara de todas. Se trata de un sentimiento de malestar y alerta que, a su vez, hace que nos sea más difícil afrontar los retos que nos quedan por delante. La ansiedad hace que estemos siempre activados pero que, a la vez, tengamos miedo de pensar en nuestras responsabilidades, por lo cual aplazamos algunas de ellas. Esta procrastinación contribuye a la acumulación de obligaciones.

2. Burnout

El síndrome Burnout es una condición psicológica y física típico de los ambientes laborables exigentes y con poca capacidad para responder a las necesidades de los profesionales. Consiste en una mezcla de despersonalización, crisis por ausencia de expectativas motivadoras, y ansiedad generada por el estancamiento laboral y la monotonía.

Hay que tener en cuenta que el síndrome Burnout no tiene por qué aparecer por un exceso de trabajo, sino que tiene que ver más bien con la repetición y la falta de momentos para darse un respiro y alejarse del contexto laboral. Así, darse un tiempo para reponer energías y aclarar la mente suele ayudar, pero en otros casos es necesario cambiar de ocupación para sentirse bien.

3. Adicción al trabajo

Paradójicamente, el exceso de trabajo puede hacer que aún nos esclavicemos más bajo el yugo de las futuras tareas a realizar y necesidades que atender. ¿Por qué? Porque el hecho de haber pasado por situaciones duras y desagradables para llegar a los objetivos que nos hemos marcado hace que negamos menos margen para elegir si en el futuro volvemos a estar en una situación parecida.

Simplemente, la posibilidad de hacer que nuestro proyecto o empresa quede dañada por nuestra incapacidad para trabajar más parece una idea intolerable a la vista de los sacrificios que hemos tenido que hacer para que esa iniciativa no fracase.

Por otro lado, corremos el riesgo a normalizar el exceso de trabajo, asumiendo la creencia de que ir siempre desbordado es lo que siempre cabe esperar, lo normal. Desde este punto de vista, evitar trabajar más o tomarse un descanso es algo irresponsable.

4. Síndrome del túnel carpiano

Es uno de los problemas físicos más comunes entre los trabajadores que utilizan mucho los ordenadores, como los administrativos, los informáticos o los redactores. Aparece cuando el hecho de tener la mano en la misma posición para usar el teclado hace que uno de los nervios de la mano quede presionado a la altura de la muñeca.

5. Dolores lumbares

Al acumularse el trabajo, es mucho menos probable que realicemos las tareas necesarias para trabajar manteniendo unos estándares de bienestar, y tomar descansos para cambiar de postura o estirar las piernas es una de esas opciones.

Sentarnos todo el rato en las dos o tres posiciones que creemos que nos ayudan a producir más rápido daña tanto nuestros músculos como las articulaciones de nuestra columna vertebral. Con el tiempo, contribuye a que adoptemos esa posición encorvada al caminar o al estar de pie.

6. Insomnio

os problemas para dormir son comunes cuando hay demasiado trabajo. Las causas de esto son la rumiación y los pensamientos recurrentes basados en las propias obligaciones, así como la desestructuración del horario laboral y el uso excesivo de pantallas.

7. Problemas gástricos

El sistema digestivo es muy sensible a los problemas de estrés y de ansiedad, así que el exceso de trabajo sienta como un mazazo a su funcionamiento. Eso hace que aparezcan gases, diarrea y demás complicaciones. No solo son molestas, sino que afectan de un modo muy claro todo el resto de funciones que tienen lugar en nuestro cuerpo. A fin de cuentas, somos lo que comemos, lo cual incluye el modo en el que asimilamos el alimento.

8. Problemas cardiovasculares

Este problema está relacionado con una mala gestión de la ansiedad, que llega a cronificarse, y con los malos hábitos de dieta y de ejercicio que son consecuencia de la falta de tiempo para ejercitarse y comer sano. La hipertensión es la señal de alarma.

Caminar una gran alternativa, muy cerca de ti

El ejercicio, prácticamente en cualquier forma, puede ayudar a aliviar el estrés. Mantenerte activo puede aumentar los niveles de endorfinas que te hacen sentir bien y distraerte de tus preocupaciones cotidianas.Escrito por el personal de Mayo Clinic

Sabes que el ejercicio le hace bien a tu cuerpo, pero estás demasiado ocupado y estresado para incluirlo en tu rutina. Espera un segundo, hay buenas noticias acerca del ejercicio y el estrés.

Prácticamente cualquier clase de ejercicio, desde aeróbicos hasta yoga, puede aliviar el estrés. Aunque no seas un atleta o no estés en forma, puedes lograr que un poco de ejercicio sea de gran ayuda para el manejo del estrés. Descubre la conexión entre el ejercicio y el manejo del estrés, y el motivo por el cual el ejercicio debe ser parte de un plan destinado a este fin.

El ejercicio y el alivio del estrés

El ejercicio aumenta tu salud general y tu sentido de bienestar, lo que aporta energía a tu ritmo de vida todos los días. Pero el ejercicio también tiene algunos beneficios directos que combaten el estrés.

  • Aumenta las endorfinas. La actividad física puede ayudarte a aumentar la producción de los neurotransmisores del cerebro que nos hacen sentir bien, denominados endorfinas. Aunque esta función con frecuencia se describe como la satisfacción que se siente al correr, cualquier actividad aeróbica (como un partido de tenis emocionante o una caminata para disfrutar de la naturaleza) pueden generar la misma sensación.
  • Reduce los efectos negativos del estrés. El ejercicio puede aliviar el estrés del cuerpo y, al mismo tiempo, imitar los efectos del estrés, como la reacción de alarma, y ayuda al cuerpo y tus sistemas a practicar el trabajo conjunto a través de esos efectos. Esto también puede generar efectos positivos en el cuerpo, incluidos los sistemas cardiovascular, digestivo e inmunitario, ya que te ayuda a proteger el cuerpo de los efectos dañinos del estrés.
  • Es una meditación en movimiento. Después de un juego de ráquetbol de ritmo rápido, una caminata larga o una carrera, o varias vueltas en la piscina, posiblemente te des cuenta de que te has olvidado de la irritación del día y te hayas concentrado solo en los movimientos del cuerpo.A medida que comiences a deshacerte con regularidad de las tensiones diarias a través del movimiento y la actividad física, tal vez descubras que este enfoque en una sola tarea, y la energía y el optimismo que genera, puede ayudarte a mantener la calma, tranquilidad y concentración en todo lo que haces.
  • Mejora tu estado de ánimo. El ejercicio regular puede aumentar la confianza en uno mismo, mejorar tu estado de ánimo, ayudarte a relajarte y disminuir los síntomas de depresión leve y ansiedad. Hacer ejercicio también puede mejorar tu sueño, que a menudo se ve interrumpido por el estrés, la depresión y la ansiedad. Todos estos beneficios del ejercicio pueden reducir tus niveles de estrés y darte una sensación de dominio sobre tu cuerpo y tu vida.

Haz que el ejercicio y el alivio del estrés funcionen para ti

Un programa de ejercicios con resultados satisfactorios comienza con unos simples pasos.

  • Consulta con tu médico. Si no has hecho ejercicio durante algún tiempo o tienes problemas de salud, es conveniente que consultes con el médico antes de comenzar una nueva rutina de ejercicios.
  • Camina antes de correr. Mejora tu estado físico progresivamente. El entusiasmo por un nuevo programa puede llevarte a exagerar y, posiblemente, incluso a lesionarte.Para la mayoría de los adultos sanos, el Departamento de Salud y Servicios Humanos recomienda hacer al menos 150 minutos de actividad aeróbica moderada o 75 minutos de actividad aeróbica vigorosa a la semana, o una combinación de actividad moderada y vigorosa. Entre los ejemplos de actividad aeróbica moderada, se incluyen caminar rápidamente o nadar, y entre los de actividad aeróbica vigorosa, correr o andar en bicicleta. Una mayor cantidad de ejercicio proporcionará beneficios aún mayores para la salud.Además, intenta hacer ejercicios de fortalecimiento muscular para todos los grupos musculares principales al menos dos veces a la semana.
  • Haz lo que amas. Casi cualquier forma de ejercicio o movimiento puede mejorar tu estado físico y, a la vez, disminuir tu estrés. Lo más importante es elegir una actividad que disfrutes, por ejemplo, caminar, subir escaleras, trotar, bailar, andar en bicicleta, levantar pesas, nadar o hacer yoga, tai chi o jardinería.Recuerda que no es necesario inscribirte en un gimnasio para estar en movimiento. Sal a caminar con el perro, prueba hacer ejercicios de peso corporal o practica yoga con un video en tu casa.
  • Escríbelo. Según tus horarios, es posible que debas hacer ejercicio por la mañana un día y por la noche al día siguiente. Pero disponer de algo de tiempo para moverte todos los días te ayuda a priorizar de forma continua tu programa de ejercicios. Trata de incluir el ejercicio en tu programa de actividades a lo largo de la semana.

Mantente firme hasta el final

Comenzar con un programa de actividad física es solo el primer paso. A continuación, se ofrecen algunos consejos para mantenerse firme con una nueva rutina o renovar un entrenamiento aburrido:

  • Establece metas u objetivos SMART (inteligentes). Escribe metas u objetivos SMART (inteligentes): metas u objetivos específicos, mensurables, alcanzables, relevantes y limitados en el tiempo.Si tu objetivo principal es reducir el estrés en tu vida, tus metas u objetivos específicos pueden incluir comprometerte a caminar durante la hora del almuerzo tres veces por semana. O probar videos de gimnasia en línea para hacer en casa. O, si es necesario, buscar una niñera que cuide a tus hijos para que puedas escabullirte para asistir a una clase de ciclismo.
  • Busca un amigo. Saber que alguien está esperando que te presentes en el gimnasio o en el parque puede ser un poderoso incentivo. Intenta hacer planes para encontrarte con amigos para caminar o hacer ejercicio. Hacer ejercicio con un amigo, un compañero de trabajo o un familiar a menudo aporta un nuevo nivel de motivación y compromiso a los entrenamientos. ¡Y los amigos pueden hacer que el ejercicio sea más divertido!
  • Cambia tu rutina. Si siempre has sido un corredor competitivo, echa un vistazo a otras opciones menos competitivas que pueden ayudar con la reducción del estrés, como clases de Pilates o yoga. Como beneficio adicional, estos entrenamientos más amables y suaves pueden mejorar el modo en que corres y, al mismo tiempo, reducir el estrés.
  • Haz ejercicio en tandas cortas. Hasta las tandas breves de actividad física ofrecen beneficios. Por ejemplo, si no puedes hacer una caminata de 30 minutos, trata de hacer unas cuantas caminatas de 10 minutos en su lugar. Estar activo durante el día puede aportar beneficios para la salud. Tómate un descanso a media mañana o por la tarde para moverte y estirarte, salir a caminar o hacer algunas sentadillas o flexiones.El entrenamiento por intervalos, que implica hacer tandas breves (de 60 a 90 segundos) de actividad intensa con un esfuerzo casi total, puede ser una forma segura, eficaz y eficiente de obtener muchos de los beneficios del ejercicio de mayor duración. Lo más importante es que incorpores la actividad física regular a tu estilo de vida.

Hagas lo que hagas, no pienses en el ejercicio como una cosa más en tu lista de tareas pendientes. Encuentra una actividad que disfrutes, ya sea un partido de tenis activo, un momento para meditar o una caminata al parque local de ida y vuelta, y haz que forme parte de tu rutina habitual. Cualquier forma de actividad física puede ayudarte a relajarte y convertirse en una parte importante de tu enfoque para aliviar el estrés.